Rusia destacó este lunes que no hay suficientes avances en las conversaciones con Ucrania como para considerar una reunión cara a cara entre los presidentes de ambos países, Vladímir Putin y Volodimir Zelenski, respectivamente, tal y como pidió este último durante los últimos días.
"Para hablar de una reunión entre los presidentes, primero hay que hacer los deberes y lograr un acuerdo sobre los resultados de las negociaciones", señaló el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov. "Hasta ahora no se lograron progresos significativos", recalcó, tal y como recogió la agencia rusa de noticias Interfax.
"El grado de progreso en las negociaciones probablemente no es el que nos gustaría y el que las dinámicas de los desarrollos de los acontecimientos requiere para el lado ucraniano", dijo. "Si ellos (los presidentes) no tiene nada que abordar, no hay un acuerdo que pueda lograrse", argumentó.
Asimismo, Peskov subrayó que Rusia consideraría de forma "negativa" que algún país de la OTAN envíe una misión de paz a Ucrania y recordó que Putin ya se pronunció en este sentido al anunciar el inicio de la invasión el 24 de febrero, según la agencia rusa de noticias TASS.
Reiteró Moscú está agradecido a los países que se están ofreciendo a mediar, si bien ha hecho hincapié que además del lugar para los contactos es importante abordar con Kiev la necesidad de impulsar este proceso.
"El que pueda, debe usar su influencia sobre Kiev para que sea más constructivo en las negociaciones", ha dicho. "La elección del lugar para algún tipo de reunión hipotética es algo secundario, si bien estamos agradecidos a todos los países que quieren ayudar en este proceso de negociaciones", ha remachado.
Hassan Al-Khalaf, de 11 años, se aferró a la esperanza cuando atravesó Ucrania solo y llegó sano y salvo a Eslovaquia después de unirse a las masas de refugiados que escapaban de la invasión rusa de su país.
Hassan llegó a Eslovaquia a principios de marzo y atrajo la atención de los medios después de que la policía local publicara su historia en su página de Facebook, calificándolo de "héroe" después de su largo viaje en tren y a pie desde Zaporizhzhie, en el sureste de Ucrania.
"Tenía la esperanza de mi madre, que quería que me fuera", dijo Hassan en una entrevista antes de aparecer como invitado en una manifestación pro-Ucrania en la capital eslovaca en Bratislava el viernes. "Mi esperanza me llevó en mi camino", agregó a través de un intérprete.
La madre viuda de Hassan no podía dejar a su abuela en casa, por lo que envió al niño solo en un viaje de más de 1.000 km a Eslovaquia, donde estudia su hermano mayor. Llegó con nada más que una bolsa de plástico, pasaporte y un número de teléfono escrito en la mano.
Hassan es uno de los más de 2,5 millones de refugiados que huyeron de Ucrania, principalmente a Polonia, pero también a Eslovaquia, Hungría y Rumania, para llegar a la Unión Europea.
Al menos 176.000 han cruzado la frontera de Eslovaquia en un éxodo que Naciones Unidas ha calificado como la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
"Quiero agradecer enormemente a los voluntarios, porque están ayudando a personas que ni siquiera conocen", dijo Hassan, quien tiene la esperanza de volver a ver a su madre. "Creo que habrá un final feliz", cerró el niño.
Ataques a páginas web rusas, donaciones en criptomonedas, notificaciones con imágenes de la guerra e información sobre la cantidad de soldados rusos que fallecieron en ella: las compañías tecnológicas ucranianas y los especialistas del sector también se convirtieron en actores relevantes en la guerra con Rusia.
Reface, una startup ucraniana de creación de memes, ha enviado a dos millones de usuarios en Rusia textos como "No a la guerra. Sal a protestar", "Abre para saber cuántos soldados han fallecido", "No tenemos el dinero todavía pero sí mucho ánimo" (famosa frase de Medvedev, el expresidente de Rusia, que él había dicho en Crimea y se había convertido en una meme famosa).
MacPaw (CleanMyMac, Setapp, Gemini Photos), una compañía que desarrolla las apps que ayudan a optimizar el trabajo de los ordenadores de Apple y tiene millones de usuarios en los países hispanohablantes, está participando de una forma activa y tiene su propio medio corporativo donde todo el mundo, incluso los usuarios rusos, pueden "leer la verdad sobre la guerra en Ucrania".
"Nuestro trabajo ahora es ayudar a Ucrania a resistir, concienciar al pueblo ruso en la medida de lo posible para que se dé cuenta de la horrible verdad, y tal vez salga a la calle para detener a Putin", comenta a EFE Oleksandr Kosovan, el CEO de la compañía.
Grammarly, la décima startapp más valiosa de EEUU y fundada en Ucrania, "ha destinado 5 millones de dólares a organizaciones y fondos de apoyo al pueblo de Ucrania" y ha bloqueado a los "usuarios ubicados en Rusia y Bielorussia para que no puedan utilizar los servicios de Grammarly".
Prohíbición
"Estrictamente prohibido realizar ciberataques desde los ordenadores de la compañía o del cliente, red, cuenta o VPN". Así es el asunto de un correo electrónico enviado la semana pasada por una empresa ucraniana del sector servicios.
En el correo enviado la semana pasada se explica que este tipo de acciones pueden dañar los recursos de la compañía o los de los clientes.
El ministro de transformación digital de Ucrania, Mikhailo Fedorov, promotor de "Diia", una app gubernamental de servicios digitales y pasaportes "en móvil", ha organizado un ejército digital que diariamente informa a sus suscriptores sobre sus próximos objetivos, principalmente, los sitios web de propaganda rusa.
Según el informe anual del 2021 de la Asociación Ucraniana de los TIC, en los últimos 25 años el sector ucraniano de las tecnologías de la información ha dado un salto cualitativo.
Partiendo casi de cero, se ha convertido en una industria que emplea a casi 300.000 profesionales y crece entre un 25 y un 30% anualmente.
Encabeza la lista de exportadores de servicios (más de 5.000 millones de dólares al año) y genera más del 4% del PIB de Ucrania. Ucrania es uno de los exportadores más grandes de servicios TIC en Europa.
Estados Unidos y Rusia se volvieron a acusar mutuamente este viernes en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la presencia y el eventual uso de armas biológicas en Ucrania, en el marco de la invasión impulsada por el Kremlin desde el 24 de febrero.
Esta sesión extraordinaria del Consejo fue solicitada el jueves a última hora por la delegación rusa en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para analizar lo que calificó como "actividad militar biológica de Estados Unidos en territorio ucraniano".
Esta viernes, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield precisó que, con sus acusaciones de armas biológicas, Rusia "utiliza al Consejo para legitimar y justificar la actuación de (su presidente Vladímir) Putin".
"No vamos a permitir que Rusia consiga mentir al mundo", aseguró y agregó que "Rusia es el agresor", antes de recordar que está creando una "realidad alternativa" para justificar la invasión a Ucrania, informó el diario británico The Guardian.
En la misma línea, afirmó que "no hay laboratorios de armas biológicas ucranianos apoyados por los Estados Unidos. Ni cerca de la frontera con Rusia ni en ninguna parte".
En cambio, "creemos que Rusia podría usar agentes químicos o biológicos para asesinatos como parte de un incidente de bandera falsa o para apoyar operaciones militares tácticas", agregó Thomas-Greenfield sin proporcionar evidencias.
Antes que tomara la palabra la representante estadounidense, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenya, expuso lo que llamó "solo una pequeña parte" de la pruebas que su país dice tener y habló de 30 laboratorios "donde se realizan experimentos biológicos muy peligrosos" bajo supervisión del Ministerio de Defensa de Estados Unidos.
De acuerdo con el representante ruso, en esta treintena de laboratorios trabajarían con "peste, antrax o el cólera", informó la agencia de noticias francesa AFP.
Nebenya dijo que en esos laboratorios se guardaban agentes patógenos que luego se diseminan por toda Europa por medio de animales, tanto vertebrados (aves y murciélagos) como invertebrados (pulgas y piojos).
"Le pedimos que piense en el peligro biológico muy real para las personas en los países europeos, que puede resultar de una propagación descontrolada de agentes biológicos de Ucrania. Y si existe tal escenario, toda Europa estará cubierta", advirtió, en alusión a la ruta migratoria por excelencia de numerosos animales que implica Ucrania, por su ubicación en el centro de Europa.
El Ministerio de Defensa ruso informó más temprano que, según sus datos, EEUU destinó más de 200 millones de dólares para el funcionamiento de laboratorios biológicos en Ucrania, donde, entre otras cosas, se llevaban a cabo experimentos con el coronavirus de murciélagos, informó la agencia de noticias Sputnik.
Tras la intervención de Rusia, Albania y Francia expresaron su preocupación sobre el hecho de que las acusaciones sean un modo de desviar la atención de los planes del Kremlin de liberar armas químicas o biológicas.
Las palabras de Estados Unidos fueron respaldadas firmemente por los países del Consejo, mientras que el representante chino se mostró más cercano a Rusia y la India se mantuvo imparcial.
Naciones Unidas, por su parte, dijo que no tiene conocimiento de ningún programa de armas biológicas que supuestamente se esté ejecutando en Ucrania, según afirmó hoy la secretaria general adjunta de Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu.
La reunión del Consejo de Seguridad es la sexta desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania el pasado 24 de febrero y la primera que se realiza a pedido de Rusia. Todas las anteriores fueron solicitadas por Ucrania o algunos de sus aliados.
Tras apenas una semana del comienzo de los hechos que tienen en vilo al mundo, el futuro de la Federación Rusa parece menos complejo en lo bélico que en el nivel financiero. Pero incluso las sanciones más duras en este sentido presentan dudas: su integración a la economía europea es tan íntima que resulta difícil distinguir hasta qué punto el daño no alcanzará a los propios castigadores.
En este sentido, resulta emblemática la quiebra de la empresa administradora del gasoducto Nord Stream 2 –uno de los ejes del conflicto– confirmada el 23 de febrero.
El ducto submarino de 1.230 km. concluido a fines de 2021, con una inversión de 11.000 millones de dólares, requería la certificación negada por Alemania para empezar a funcionar. Esta opción trunca, tanto como el gasoducto preexistente llevan a preguntarse si ese castigo, y otros, como el impedimento de funcionar a los bancos rusos con sedes europeas, no es un tiro en el pie por parte del viejo continente.
El gasoducto original y el que no pudo ser: una de las claves del conflicto
En un nivel más simbólico se ubican las sanciones institucionales y deportivas, aunque hasta estas últimas tienen consecuencias materiales. A modo de ejemplo: la cancelación acordada el 25 de febrero con la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) del Gran Premio Fórmula 1 de Sochi, programado para septiembre, traería pérdidas considerables al país organizador en materia de auspicios, turismo y otros ítems.
Los adelantados en la aplicación de correctivos
El primero en anunciar personalmente medidas concretas contra Rusia, fue Boris Johnson en su alocución ante el parlamento británico el 22 de febrero, cuando las tropas rusas ya movilizadas hacia la frontera ucraniana aún no habían entrado en ese territorio.
El primer ministro británico informó entonces el cierre de su espacio aéreo a la aerolínea Aeroflot, el congelamiento de las finanzas de grupos bancarios –que en sus palabras implicó “excluir por completo a los bancos rusos del sector financiero británico”– y penalidades para cinco magnates rusos.
Reino Unido incluyó también al transporte marítimo en la prohibición de interactuar con Rusia y ordenó a las autoridades portuarias bloquear cualquier buque que crea que es propiedad, está controlado, fletado u operado por cualquier persona relacionada con Rusia o por personas sancionadas.
Las condenas se dieron en múltiples foros. El G7 fue especialmente duro.
Por su parte, Justin Trudeau –primer ministro canadiense– anunció en esas horas sanciones contra 58 personas y entidades rusas por la ofensiva, a la que describió como “una amenaza enorme para la seguridad y la paz en todo el mundo”.
El correctivo por parte de la Unión Europea también fue comunicado el 22 de febrero. El bloque tampoco esperó a que la invasión fuese efectiva, según dio cuenta la propia explicación de la represalia -mediante un comunicado del organismo- que dijo fue “contra Rusia, todos sus diputados y 27 personas y entidades que ayudaron a socavar o amenazar la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania”, según el responsable de Exteriores de la UE, Josep Borrell.
Traducido esto, el detonante había sido el reconocimiento por parte de Putin, el día anterior (21 de febrero), de la independencia como Estados soberanos de las provincias separatistas de Donetsk y Lugansk, lo que la UE y Estados Unidos consideraron “ilegal e inaceptable”.
El Banco Mundial dio de baja los proyectos con Rusia por varios miles de millones de dólares.
Entre las sanciones figuraba ya el congelamiento de activos y la prohibición de visados contra los 351 diputados rusos que aprobaron el reconocimiento independentista. El 25 de febrero, fueron congelados los activos del presidente Putin y del canciller ruso, Serguei Lavrov.
Estados Unidos, principal antagonista y quien hoy más pulsa en este sentido, prohibió este lunes a personas y empresas de ese país hacer negocios con el Banco Central de Rusia, lo que en la práctica se traduce en inmovilizar casi la mitad de los 630 millones de dólares que forman el "cofre de guerra" del presidente ruso, Vladimir Putin.
También fueron prohibidas por el gobierno estadounidense las transacciones con el Fondo Nacional de Riqueza Ruso y el Ministerio de Finanzas.
Netflix bloqueó contenidos rusos.
Mastercard Inc. Visa Inc, y American Express, desde luego, bloquearon parte de la actividad rusa de sus redes de pago, aunque sin informar cuáles son los clientes afectados.
El turno del G7
A 72 horas del ingreso de las tropas del Kremlin a Ucrania, y ya como frente de alianza intercontinental, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos consideraron oportuno expresarse con artillería pesada desde el bloque que los nuclea.
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, participó en la reunión del domingo 27 de febrero con sus homólogos del G7 en donde se decidió la medida confirmada luego el 2 de marzo y que comenzará a regir el 12 del mismo mes: excluir a los bancos rusos de la plataforma SWIFT mediante la cual se cursan los pagos interbancarios a escala mundial.
Además, en el mismo encuentro, se tomó la decisión de impedir que el Banco Central ruso pueda respaldar el rublo, al limitar su acceso a los mercados internacionales de capitales.
No es personal, pero es personal
En relación con las sanciones a personas, cierto es que ya muchos particulares habían sido afectados por medidas de la UE y Estados Unidos tras la anexión de la Península de Crimea en 2014. No obstante, el escenario actual llevó algunos casos al extremo y abarcó a un mayor número de dirigentes, comenzando por Putin, su primer ministro Mijail Mishustin y su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov.
Al día siguiente de anunciadas las medidas del G7, la UE incluyó a varios acaudalados empresarios y al vocero del presidente Putin en la lista de sanciones con un congelamiento de activos y la prohibición del ingreso a países del bloque. Además de los referidos, Suiza y Australia se sumaron al grupo castigador con sanciones similares.
26 particulares –millonarios, personalidades próximas al presidente ruso y una decena de periodistas– figuraban en la nómina aprobada por los Estados miembros y publicada el lunes 28 lunes en el Diario Oficial de la UE.
Spotifiy cerró sus oficinas en Moscú.
La represalia oriental
Japón, Corea del Sur y Singapur, entre otras naciones asiáticas, indicaron que se unirán a varias de las medidas estadounidenses y europeas.
Con marzo llegó el ataque japonés: El primer ministro Fumio Kishida lo había anunciado el domingo y lo confirmó el primer día de este mes: el congelamiento en su país de los activos del canciller ruso, Serguei Lavrov; el ministro de Defensa, Serguei Shoigu; el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvedev; y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Valeri Guerasimov;, entre otros, es ya un hecho.
En el ámbito tecnológico, Japón anunció también que sancionaría la exportación de semiconductores y otros artículos de este tipo a "organizaciones rusas vinculadas con el ejército"
En el terreno bélico, las fuerzas rusas avanzan por Ucrania, pero a menor velocidad de lo previsto.
Con relación al bloqueo financiero, la medida japonesa abarcó a 49 empresas y organizaciones, entre ellas el Servicio Federal de Seguridad, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el grupo industrial de empresas de ingeniería aeroespacial Sukhoi y la corporación estatal Ristec.
El Banco Mundial
Volviendo al campo de las sanciones estrictamente económicas, el Banco Mundial, que estaba llevando a cabo 11 proyectos de unos 1.150 millones de dólares en Bielorrusia y cuatro iniciativas de 370 millones de dólares en Rusia, también canceló sus planes en ambas naciones, según anunció en un comunicado ad hoc este martes.
En el mismo texto, la institución agregó, como contrapartida, que prepara una ayuda de emergencia de 3.000 millones de dólares para Ucrania, de los cuales 350 millones podrían ser girados esta semana.
Fuera de juego
En el terreno deportivo, el rechazo a Putin fue terminante, empezando por lo anecdótico: el Comité Olímpico Internacional le retiró al premier la “Orden Olímpica” oportunamente otorgada por la entidad. Se plegó al castigo la Federación Internacional de Judo (IJF), que suspendió la presidencia honoraria del mandatario ruso, cinturón negro y ferviente aficionado de ese deporte.
La organización deportiva solicitó además que “no se exhiba ninguna bandera nacional rusa o bielorrusa ni se interprete ningún himno” de esos países en los partidos o torneos en los que participen sus deportistas.
A la resonante exclusión del seleccionado del mundial de fútbol de Qatar y las decisiones de la FIFA y la UEFA de suspender a todos los equipos rusos en sus competiciones se sumaron otras rupturas, como la rescisión unilateral de los contratos publicitarios con los equipos Schalke 04 (Alemania) Manchester United (Inglaterra) y otros cuyas casacas contaban con sponsoreo de empresas del Estado ruso.
El mundo del deporte también le dio la espalda al premier. Putin ya no es presidente honorario de la Federación Internacional de judo.
Con repercusión más específica, pero de incidencia económica ya comentada, se incluye en este capítulo la cancelación del encuentro anual del Gran Premio de Sochi, un clásico de la F1 internacional.
Las federaciones internacionales de atletismo, tenis, básquetbol, vóleibol, rugby y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) siguieron la misma línea y dejaron a Rusia fuera de todas sus competencias de calendario o eventuales.
Con la música a otra parte
En diciembre de 2021, el regulador de telecomunicaciones ruso había puesto a Netflix dentro de la categoría de empresa de servicios audiovisuales, lo que implicaba que la plataforma de streaming debería transmitir canales con más de 100 mil televidentes diarios, entre los que se incluyen las principales señales de aire, como como Spas, la emisora de noticias manejada por la Iglesia Ortodoxa de Rusia o el estatal Canal 1.
Sin embargo, este martes, un vocero de la compañía respondió a la consulta del sitio especializado The Hollywood Reporter que “dada la situación actual, Netflix no tiene planes de incorporar esos canales a su servicio”.
Por su parte, la plataforma Spotify cerró, según se informó también el martes, su oficina en Moscú y eliminó el contenido de las tiendas respaldadas por Kremlin: Russia Today (RT) y Sputnik. Además, limitó la capacidad de acceder a contenido de otros medios ligados al gobierno ruso.
Sin embargo, aclaró la aplicación musical, mantendrá su servicio abierto a los usuarios rusos. "Creemos que es de suma importancia que nuestro servicio esté disponible en Rusia para permitir un flujo global de información", explicó un vocero de Spotify.
En tanto Disney, el estudio de cine más grande e influyente de Hollywood, decidió pausar el estreno de sus películas en Rusia.
A su vez, Google anunció que seguirá los pasos de las plataformas multimedio referidas tomando medidas similares. En lo inmediato, bloqueó a dos importantes medios del gobierno ruso en YouTube: Sputnik y RT.
Nada sobre ruedas
Entre las noticias más recientes se agrupan algunas relativas a la industria automotriz. Las automotrices alemana Mercedes-Benz y japonesa Toyota anunciaron este jueves la suspensión de la producción en sus respectivas plantas en Rusia, así como la exportación de todo tipo de vehículos a ese país.
Las firmas alemana y japonesa se pliegan así a la decisión del fabricante de camiones de Suecia Volvo Group, que había informado la semana pasada la interrupción de la producción de su línea de montaje en Rusia y la venta de sus productos la segunda potencia militar del planeta.
El mundo del deporte se vistió de celeste y amarillo y pidió el fin de la guerra. (Foto AFP)
Ni hablar de turismo
Aunque hoy parezca obvio y apenas gestual, ya que es poco probable que el turismo florezca en Rusia en estos días, también en ese rubro se consideran sanciones para el país de Putin.
Según informó en su cuenta de Twitter este miércoles, el secretario general de la Organización Internacional de Turismo, Zurab Pololikashvili “la ofensiva militar de Rusia contra Ucrania contradice los principios dela OMT” y en consecuencia confirmaba la celebración del Consejo Ejecutivo extraordinario para estudiar la suspensión de Rusia.
La reunión tendrá lugar el 8 de marzo en Madrid, a petición de Ucrania, Lituania, Polonia, Eslovenia y Guatemala donde se celebrará una sesión de emergencia de su Consejo Ejecutivo en la que podría definirse la suspensión de Rusia dentro del organismo.