"El deterioro salarial en todo lo que es ciencia y técnica, y sobre todo docencia, es tremendo. Perdimos más de un 40% de capacidad de compra desde 2015 en Conicet", explicó Amarilla en una entrevista en Última Pregunta de Continental Córdoba. Su testimonio refleja la crisis que atraviesa el sector científico argentino, donde los salarios en Ciencia y Tecnología acumulan pérdidas de 34,7% desde noviembre de 2023 hasta abril de 2025.
Pluriempleo para sobrevivir
La situación se agravó en diciembre del año pasado cuando Amarilla comenzó a usar la tarjeta de crédito para comprar alimentos. "Cuando hay que pasar la tarjeta de crédito para el almacén y luego se cuesta pagar la tarjeta de crédito, empezás a interrumpir obligaciones y necesidades básicas con la familia", relató.
"Estoy haciendo Uber, también cocino y vendo comida. Tengo una dedicación exclusiva de ocho horas, pero a la vez tengo que sumar cuatro horas de trabajo en estos rubros. Para mí, lo grave acá es que las personas tengamos que tener tres o cuatro laburos para comer y satisfacer las necesidades básicas", explicó.
El científico enfatizó que realiza estas actividades para cubrir gastos que no incluye la canasta básica: "La canasta básica no incluye una serie de cosas, como por ejemplo el alquiler, por eso salgo a hacer Uber, para pagar el alquiler".
Impacto en el prestigio científico argentino
Paradójicamente, mientras el sector atraviesa esta crisis, el CONICET mantiene su prestigio internacional. Según el documento, por séptimo año consecutivo lidera el ranking de instituciones científicas de Latinoamérica y se ubica en el puesto 79 entre 5.000 organismos mundiales según el Ranking Scimago 2025.
Para Amarilla, el desfinanciamiento de la ciencia y la educación responde a un modelo intencional. "Este modelo que desfinancia una serie de cosas que sabemos que funcionaban y que funcionan en este país, CONICET, INTA, por nombrarte algunos, me parece que habla de lo que pretenden de esta población: desinformada, sin información para tener la mano de obra barata, sin representatividad y sin poder de pensamiento crítico", concluyó.
La situación actual representa un retroceso histórico: la asignación de recursos estatales en ciencia y tecnología es del 0,15% del PBI, menor incluso que en 2002 (0,17%), y los salarios alcanzan niveles comparables a los de la crisis de 2001. /Perfil