Viajar por las rutas argentinas puede sorprender a los turistas ya que al pasar de una provincia a otra, las acciones que en algunas están permitidas, en otras son sancionadas. Esto es lo que sucede con Córdoba y Mendoza, que aplican multas a los conductores que toman mate mientras manejan autos.
La costumbre de tomar mate en un viaje está extendida en el país. La infusión, además de ser un hábito de los argentinos, funciona como estimulante para despejar el sueño. Popularmente se señala que la “mateína” es la sustancia permite esa propiedad, sin embargo, investigadores de la Universidad Nacional del Centro (Unicen) concluyeron que la yerba mate contiene cafeína y que la mateína en sí misma no existe.
Las reglamentaciones de ambas provincias son más restrictivas que la ley nacional de Tránsito Nº 24.449. Esta norma no dice nada acerca de los peligros de agarrar un mate mientras se conduce en alta velocidad, pero sí prescribe algunas conductas que pueden ser interpretadas en ese sentido.
La investigación que demostró que el mate tiene cafeína y no mateína
La investigación realizada por la Universidad Nacional del Centro (Unicen) concluyó en que la mateína no existe, sino que es la misma sustancia que la del café, la cafeína, la que actúa como energizante. Para llegar a ese resultado, los investigadores analizaron las diez marcas de yerba mate más vendidas.
“Popularmente se habla de que la yerba contiene mateína como sustancia energizante. Sin embargo, teniendo la oportunidad de usar equipos que permiten identificar sustancias prácticamente con total seguridad, nos decidimos a investigar si lo que había en marcas comerciales se trataba de cafeína o algo distinto. Concluimos en que la mateína no existe”, explicó Oscar Díaz, director del Departamento de Ingeniería Química de la Unicen, a UNL Noticias.
El equipo de investigación realizó infusiones con pequeñas muestras de yerba a las que luego les aplicó un cromatógrafo para analizar su composición. Además utilizaron un software —una especie de biblioteca que contiene las composiciones de miles de sustancias— para comparar las extracciones. El resultado fue contundente: el parecido con la cafeína era de un 99.9%. “Luego inyectamos en un cromatógrafo la sustancia y empleamos un detector para analizar las distintas fracciones. Finalmente confirmamos que había cafeína en un 99,9 por ciento de certeza”, aseguró Díaz, que trabajó junto a Gastón Barreto. /Perfil