Tras la aprobación de una cuestión de privilegio en su contra, la diputada por Rosario de Lerma, Griselda Galleguillos, acusó al cuerpo legislativo de intentar censurarla y aseguró que no permitirá que se le impida ejercer su voz en la Cámara. “Si me callan, llevo micrófonos y parlantes”, advirtió, en un mensaje que buscó reafirmar su voluntad de continuar denunciando lo que considera prácticas antidemocráticas en el ámbito parlamentario.
La decisión del recinto surgió luego de que Galleguillos calificara al cuerpo como un “espacio de inútiles, parásitos, ñoquis y asesores truchos”, lo que generó una fuerte reacción entre sus colegas. Lejos de retractarse, la diputada redobló la apuesta y sostuvo que es víctima de una persecución política por parte de legisladores que buscan neutralizar su accionar.
Entre sus reclamos, apuntó que proyectos de su autoría, como la eliminación de la bicameralidad o la reducción de gastos legislativos, ni siquiera fueron discutidos en comisiones. Según la diputada, estas propuestas tocan intereses concretos dentro de la estructura política provincial, lo que explicaría el rechazo implícito a su labor.
Además, Griselda Galleguillos denunció un trato desigual dentro del recinto, citando un episodio con la diputada Laura Villamayor, a quien acusó de haberla amenazado sin recibir sanción alguna. Aseguró que el cuerpo legislativo sólo actúa disciplinariamente “cuando les molesta lo que uno dice”.
La sanción concreta aún no fue determinada, aunque se evalúa la posibilidad de suspenderle el uso de la palabra durante tres sesiones o, en un caso extremo, avanzar con su apartamiento. “Estoy con un pie adentro y otro afuera”, reconoció la diputada, quien aclaró que no se aferra al cargo y que su banca se debe al voto popular y no a negociaciones partidarias.
Finalmente, Galleguillos calificó como “antidemocrática” la actitud del cuerpo y aseguró que continuará ejerciendo su rol, incluso si debe enfrentarse a medidas disciplinarias. Para ella, lo que está en juego no es una cuestión personal, sino el derecho a representar a sus votantes sin censura ni condicionamientos.