Una situación alarmante se registró en el barrio Fraternidad de la ciudad de Salta, cuando una mujer fue violentamente agredida al acudir a una vivienda para alquilar una habitación. La cita había sido coordinada a través de una publicación en redes sociales. Al llegar al lugar, fue recibida por un hombre que primero mostró el cuarto desde el exterior. Luego intentó llevarla a otro sector, y al negarse ella, comenzó el abuso.
Según la investigación, el agresor redujo a la mujer mediante violencia física, la arrojó sobre un colchón y concretó el abuso sexual dentro del inmueble. Lo que no previó fue que la víctima había logrado activar una llamada al 911 antes de ser inmovilizada. El teléfono permaneció conectado durante toda la secuencia del hecho, permitiendo registrar en tiempo real lo que ocurría en el lugar.
Una vez que logró escapar, la mujer salió corriendo hacia la calle y encontró un patrullero que ya se dirigía al domicilio tras recibir el alerta. La rápida intervención policial permitió contener la situación y dar inicio inmediato a las actuaciones judiciales. La víctima recibió asistencia médica y contención psicológica, mientras se preservaron las pruebas del hecho.
La Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS 3) fue la encargada de conducir la acusación por abuso sexual con acceso carnal, en base a los elementos recolectados durante la investigación. Entre ellos, la grabación telefónica tuvo un rol clave al permitir escuchar el momento del ataque. El proceso judicial incluyó pericias médicas, testimonios y otras evidencias que confirmaron la versión de los hechos.
Este hecho expone los riesgos de los encuentros pactados a través de plataformas digitales y redes sociales, en contextos informales. También refuerza la importancia del acceso inmediato a servicios de emergencia y la efectividad del 911 como recurso de respuesta ante situaciones de violencia.