Provocando shock en todo el mundo, esta mañana el Vaticano anunció la muerte del papa Francisco, a las 7.35 de la mañana. “Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro santo Padre Francisco”, anunció el cardenal estadounidense Kevin Farrell, camerlengo de la Santa Sede y el encargado de administrar la sede vacante, quien además está a cargo de presidir el rito de certificación de muerte.
“Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”, dijo Farrell, que apareció en un video desde la capilla de Casa Santa Marta, acompañado por el secretario de Estado, el cardenal italiano Pietro Parolin y su sustituto, el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra.
El pontífice argentino murió en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano, en un lunes de Pascua signado por el luto para el mundo católico. Tenía 88 años y sus últimos días estuvieron marcados por un progresivo deterioro de su salud, que incluyó dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda en horas recientes, según informó oficialmente el Vaticano.
En el comunicado, Farrell -que estará a cargo del rito de confirmación de muerte esta noche en el Vaticano- anunció: “Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7.35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino“.
La primera internación del Papa había sido el 4 de julio de 2021 por una diverticulitis, cuando fue operado por el cirujano Sergio Alfieri, con quien comenzó a tener una relación especial. A Francisco, además, le sacaron 33 centímetros de intestino y volvió a ser operado en junio de 2023.
En febrero de este año, cuando volvió a ser internado, los médicos calificaron su estado de salud como “crítico” y, en uno de los partes, señalaron: “Realizó las dos unidades de concentrado de glóbulos rojos con beneficio y con aumento en el valor de hemoglobina. La trombocitopenia se mantuvo estable; sin embargo, algunos análisis de sangre demuestran una insuficiencia renal inicial leve, que actualmente está bajo control".
El Papa comenzó con problemas de salud desde muy joven. En 1957, a los 21 años, sufrió una infección respiratoria que obligó a los médicos a extirpar parte de un pulmón, y, según contó alguna vez, una enfermera lo salvó al duplicar la cantidad de medicamentos que le habían administrado. Incluso, cuando vivía en la Argentina, Bergoglio sufría cálculos en la vesícula biliar, fue tratado con acupuntura china por el dolor de espalda y en 2004 tuvo un problema cardíaco “temporal” debido a un ligero estrechamiento de una arteria.
En 2019, ya como Papa, fue sometido a una una pequeña cirugía de cataratas en la Clínica Pío XI, en Roma. Dos años después, volvió a presentar un fuerte dolor de espalda, esta vez por el nervio ciático, por lo que recurrió nuevamente a la fisioterapia y debió cumplir con una dieta.
En mayo de 2022 un problema en la rodilla derecha lo obligó a utilizar por primera vez una silla de ruedas, además de usar andador y bastón. “No creo que pueda seguir con el mismo ritmo de viajes que antes. Creo que a mi edad, y con estas limitaciones, tengo que guardar un poco mis fuerzas para poder servir a la Iglesia, o por el contrario pensar en la posibilidad de hacerme a un lado”, lamentó Francisco en esa ocasión.
En marzo de 2023, Francisco ingresó al hospital por una infección respiratoria y se le diagnosticó una bronquitis aguda, la cual fue tratada con antibióticos intravenosos. Dos meses después se sometió a una cirugía abdominal para extirpar tejido cicatricial y reparar una hernia abdominal y fue dado de alta nueve días después. Su cirujano reveló que la cicatrización no solo se debía a la cirugía abdominal de 2021, sino a cirugías previas que había tenido el papa.