Mientras el Mundial se lleva todas las miradas, en River son días de mucho trabajo. Especialmente, claro, para Martín Demichelis. El flamante entrenador que reemplaza a Marcelo Gallardo tiene su agenda cargada de reuniones a toda hora para planificar un 2023 que para él representará el gran desafío de su vida y de su incipiente carrera como deté.
Ya despejada la duda sobre un Maidana que renovará en las próximas horas y sin Pinola que a partir de ahora será uno de sus laderos en el cuerpo técnico, la mayor incertidumbre pasa por conocer el futuro de un Quintero que todavía no tiene su lugar asegurado en la próxima temporada. Pero el de Juanfer no es el único caso que ocupa la cabeza del ex marcador central: también basándose en el estudio que hizo de todos los partidos que jugó el equipo en el año (algo que maravilló a EF) y del informe que dejó el staff del propio Gallardo, Demichelis deberá decidir qué futbolistas de la nómina actual son prescindibles.
Por lo demás, Micho tendrá que decidir también qué hace con más de un equipo completo que a priori debiera regresar de sus préstamos y definir los nombres a incorporar de afuera, aunque los puestos prioritarios ya están: un zaguero (amén de la situación de Otamendi que es un sueño post Mundial, se pensó en Funes Mori, pero no será factible en principio), un volante central para relevar a un Enzo Pérez que cumplirá 37 años en febrero (Kranevitter es desde hace rato uno de los apuntados pero su salida de Monterrey, donde es titular y tiene un año más de contrato, no será nada simple) y un volante creativo. El ideal para todos en ese último lugar es Nacho Fernández, pero con un año más de contrato en Mineiro y sobre todo con la llegada del Chacho Coudet como nuevo entrenador, suena casi imposible tenerlo antes de que expire su vínculo en Brasil.
“Hay mucho por hacer y por decidir. Mucho que debatir y mucho que fundamentar, pero estoy tranquilo”, anticipaba el jueves pasado en su presentación. Y en eso anda. Sí, son días movidos: Demichelis ya puso primera.